Parafraseando a la RAE, la motivación es el conjunto de factores
internos o externos que determinan algunas de las acciones de una
persona.
Para los autores, hay
dos tipos de motivaciones: intrínseca y extrínseca. En la primera, la
motivación se origina desde el interior del sujeto, está consciente del
verdadero significado de lo que aprende, las tareas o asignaciones le son
interesantes, lo que a su vez lo lleva a efectuar una serie de operaciones
cognitivas de orden superior, tales como discutir, reflexionar, teorizar y
plantear hipótesis. Los elementos estudiados se ven desde una perspectiva
holística, donde se busca relacionar el conocimiento adquirido con otras
materias o asignaturas, generando sentimientos positivos de autoeficacia.
En la segunda, la motivación proviene
del exterior del sujeto, lo lleva a efectuar una serie de operaciones
cognitivas de orden inferior, por ejemplo, identificar, memorizar, describir,
organizar listas, procedimientos sencillos, etc., donde los estudiantes ven las
tareas como una imposición, por lo que son realizadas con el mínimo esfuerzo.
También, la información es retenida por poco tiempo, para reproducirla cuando
sea evaluada, ya luego la olvidan.
Por lo anterior, los investigadores sugieren plantearse dos preguntas: ¿Para qué realiza la tarea los estudiantes? ¿Cómo la realizan? En la primera interrogante surgen las motivaciones que impulsan al estudiante a realizar la tarea a como dé lugar. En la segunda pregunta, surgen las estrategias para llevarla a cabo, por lo que sugieren que motivación y estrategia son las dos variables que caracterizan el enfoque de aprendizaje adoptado por los sujetos que aprenden.